Tengo un sueño. Martín Luther King

Hoy Lunes 17 de enero en el día de Martin Luther King, activista por los derechos civiles, os dejo un post con el discurso histórico que protagonizó el 28 de agosto de 1963, además del vídeo de su discurso y un libro escrito por varios autores en homenaje en su 50 aniversario. Martin Luther King organizó y llevó a cabo diversas actividades pacíficas reclamando el derecho al voto, la no discriminación y otros derechos civiles básicos para la gente negra de los Estados Unidos.

I have a dream de Martin Luther King

Tengo un sueño.
Estoy contento de reunirme hoy con vosotros y con vosotras en la que pasará a la historia como la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestra nación. Hace un siglo, un gran americano, bajo cuya simbólica sombra nos encontramos, firmó la Proclamación de Emancipación. Este trascendental decreto llegó como un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros y esclavas negras, que habían sido quemados en las llamas de una injusticia aniquiladora. Llegó como un amanecer dichoso para acabar con la larga noche de su cautividad.
Pero cien años después, las personas negras todavía no son libres. Cien años después, la vida de las personas negras sigue todavía tristemente atenazada por los grilletes de la segregación y por las cadenas de la discriminación. Cien años después, las personas negras viven en una isla solitaria de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después, las personas negras todavía siguen languideciendo en los rincones de la sociedad americana y se sienten como exiliadas en su propia tierra. Así que hemos venido hoy aquí a mostrar unas condiciones vergonzosas.
Hemos venido a la capital de nuestra nación en cierto sentido para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magnificientes palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, estaban firmando un pagaré del que todo americano iba a ser heredero. Este pagaré era una promesa de que a todos los hombres — sí, a los hombres negros y también a los hombres blancos— se les garantizarían los derechos inalienables a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad.
Hoy es obvio que América ha defraudado en este pagaré en lo que se refiere a sus ciudadanos y ciudadanas de color. En vez de cumplir con esta
sagrada obligación, América ha dado al pueblo negro un cheque malo, un cheque que ha sido devuelto marcado «sin fondos».
Pero nos negamos a creer que el banco de la justicia está en bancarrota. Nos negamos a creer que no hay fondos suficientes en las grandes arcas bancarias de las oportunidades de esta nación. Así que hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dé mediante reclamación las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia. También hemos venido a este santo lugar para recordar a América la intensa urgencia de este momento. No es tiempo de darse al lujo de refrescarse o de tomar el tranquilizante del gradualismo. Ahora es tiempo de hacer que las promesas de democracia sean reales. Ahora es tiempo de subir desde el oscuro y desolado valle de la segregación al soleado sendero de la justicia racial. Ahora es tiempo de alzar a nuestra nación desde las arenas movedizas de la injusticia racial a la sólida roca de la fraternidad. Ahora es tiempo de hacer que la justicia sea una realidad para todos los hijos de Dios.
Sería desastroso para la nación pasar por alto la urgencia del momento y subestimar la determinación de las personas negras. Este asfixiante verano del legítimo descontento de las personas negras no pasará hasta que haya un estimulante otoño de libertad e igualdad. Mil novecientos sesenta y tres no es un fin, sino un comienzo. Quienes esperaban que las personas negras necesitaran soltar vapor y que ahora estarán contentos, tendrán un brusco despertar si la nación vuelve a su actividad como si nada hubiera pasado. No habrá descanso ni tranquilidad en América hasta que las personas negras tengan garantizados sus derechos como ciudadanas y ciudadanos. Los torbellinos de revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que nazca el día brillante de la justicia.
Pero hay algo que debo decir a mi pueblo, que está en el caluroso umbral que lleva al interior del palacio de justicia. En el proceso de conseguir nuestro legítimo lugar, no debemos ser culpables de acciones equivocadas. No busquemos saciar nuestra sed de libertad bebiendo de la copa del encarnizamiento y del odio. Debemos conducir siempre nuestra lucha en el elevado nivel de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que
nuestra fecunda protesta degenere en violencia física. Una y otra vez debemos ascender a las majestuosas alturas donde se hace frente a la fuerza física con la fuerza espiritual. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la comunidad negra no debe llevarnos a desconfiar de todas las personas blancas, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como su presencia hoy aquí evidencia, han llegado a ser conscientes de que su destino está atado a nuestro destino. Han llegado a darse cuenta de que su libertad está inextricablemente unida a nuestra libertad. No podemos caminar solos.
Y mientras caminamos, debemos hacer la solemne promesa de que siempre caminaremos hacia adelante. No podemos volver atrás. Hay quienes están preguntando a los defensores de los derechos civiles: «¿Cuándo estaréis satisfechos?» No podemos estar satisfechos mientras las personas negras sean víctimas de los indecibles horrores de la brutalidad de la policía. No podemos estar satisfechos mientras nuestros cuerpos, cargados con la fatiga del viaje, no puedan conseguir alojamiento en los moteles de las autopistas ni en los hoteles de las ciudades. No podemos estar satisfechos mientras la movilidad básica de las personas negras sea de un ghetto más pequeño a otro más amplio. No podemos estar satisfechos mientras nuestros hijos sean despojados de su personalidad y privados de su dignidad por letreros que digan «solo para blancos». No podemos estar satisfechos mientras una persona negra en Mississippi no pueda votar y una persona negra en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no, no estamos satisfechos y no estaremos satisfechos hasta que la justicia corra como las aguas y la rectitud como un impetuoso torrente.
No soy inconsciente de que algunos de vosotros y vosotras habéis venido aquí después de grandes procesos y tribulaciones. Algunos de vosotros y vosotras habéis salido recientemente de estrechas celdas de una prisión. Algunos de vosotros y vosotras habéis venido de zonas donde vuestra búsqueda de la libertad os dejó golpeados por las tormentas de la persecución y tambaleantes por los vientos de la brutalidad de la policía. Habéis sido los veteranos del sufrimiento fecundo. Continuad trabajando con la fe de que el sufrimiento inmerecido es redención.
Volved a Mississippi, volved a Alabama, volved a Carolina del Sur, volved a Georgia, volved a Luisiana, volved a los suburbios y a los ghettos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de un modo u otro esta situación puede y va a ser cambiada.
No nos hundamos en el valle de la desesperación. Aun así, aunque vemos delante las dificultades de hoy y mañana, amigos míos, os digo hoy: todavía tengo un sueño. Es un sueño profundamente enraizado en el sueño americano.
Tengo un sueño: que un día esta nación se pondrá en pie y realizará el verdadero significado de su credo: «Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres han sido creados iguales».
Tengo un sueño: que un día sobre las colinas rojas de Georgia los hijos de quienes fueron esclavos y los hijos de quienes fueron propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la fraternidad.
Tengo un sueño: que un día incluso el estado de Mississippi, un estado sofocante por el calor de la injusticia, sofocante por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y justicia.
Tengo un sueño: que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel sino por su reputación.
Tengo un sueño hoy.
Tengo un sueño: que un día allá abajo en Alabama, con sus racistas despiadados, con su gobernador que tiene los labios goteando con las palabras de interposición y anulación, que un día, justo allí en Alabama niños negros y niñas negras podrán darse la mano con niños blancos y niñas blancas, como hermanas y hermanos.
Tengo un sueño hoy.
Tengo un sueño: que un día todo valle será alzado y toda colina y montaña será bajada, los lugares escarpados se harán llanos y los lugares tortuosos se enderezarán y la gloria del Señor se mostrará y toda la carne juntamente la verá.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que yo vuelvo al Sur. Con esta fe seremos capaces de cortar de la montaña de desesperación una piedra de esperanza. Con esta fe seremos capaces de transformar las chirriantes disonancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a la cárcel juntos, de ponernos de pie juntos por la libertad, sabiendo que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en el que todos los hijos de Dios podrán cantar con un nuevo significado «Tierra mía, es a ti, dulce tierra de libertad, a ti te canto. Tierra donde mi padre ha muerto, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera suene la libertad».
Y si América va a ser una gran nación, esto tiene que llegar a ser verdad. Y así, suene la libertad desde las prodigiosas cumbres de las colinas de New Hampshire. Suene la libertad desde las enormes montañas de Nueva York. Suene la libertad desde los elevados Alleghenies de Pennsylvania.
Suene la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve de Colorado. Suene la libertad desde las curvas vertientes de California.
Pero no sólo eso; suene la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia. Suene la libertad desde el Monte Lookout de Tennessee.
Suene la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera.
Suene la libertad. Y cuando esto ocurra y cuando permitamos que la libertad suene, cuando la dejemos sonar desde cada pueblo y cada aldea, desde cada estado y cada ciudad, podremos acelerar la llegada de aquel día en el que todos los hijos de Dios, hombres blancos y hombres negros, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de juntar las manos y cantar con las palabras del viejo espiritual negro: «¡Al fin libres! ¡Al fin libres! ¡Gracias a Dios Todopoderoso, somos al fin libres!»


Vídeo del discurso. Aquí

Miradas al discurso 50 años después. Coincidiendo con el día del 50 aniversario del discurso, el 28 de agosto, ve la luz un libro gratuito en el que diferentes autores plasman su mirada y análisis sobre la figura de Martin Luther King, el momento del discurso, el contexto en el que fue pronunciado, el impacto que tuvo hasta nuestros días, etc.
Todos los autores, personalidades y expertos en distintos ámbitos, han participado de manera desinteresada para aportar sus visiones. Ellos son: Federico Mayor Zaragoza, Juan María Hernández-Puértolas, Gumersindo Lafuente, Fran Carrillo, Rafael Vilasanjuan, Carlos Páez, Roberto Trad, Francesc Pujol, Yago de Marta, Xavier Peytibi, Ángela Paloma Martín y Antoni Gutiérrez-Rubí (coordinador). Puedes descargar el PDF del libro AQUÍ

https://www.gutierrez-rubi.es/wp-content/uploads/2013/08/FINAL_ebook_MLK.pdf

Cuentos de niñas que se atrevieron a soñar .

Este libro tipo cómic ha sido ilustrado por Arlene Bax,
Diseño de portada Arlene Bax
Diseño del libro Builtvisible
Escrito por Elissa Webster, Mel Carswell, Aimee Pearce Editado por Jennifer Taylor, Jessica Cox

Resumen : Cuentos de pequeñas heroínas alrededor del mundo que no se rindieron persiguiendo sus sueños, pese a la adversidad.

Portada del libro
“El mercado no tenía mascarillas y eran caras en las tiendas. Mucha gente de nuestra comunidad
no podía comprarlas”, dice Akhi. “Decidí hacer máscarillas y venderlas a un precio bajo, para que todo el mundo pudieran permitírselas. Y si la gente no tiene dinero, le doy mascarillas gratis”.
Así es como Akhi se convirtió en una heroína en la vida real.

Todas las niñas que aparecen en este libro fueron parte del programa de apadrinamiento infantil de World Vision, donde los niños y niñas, y sus comunidades reciben las herramientas necesarias para salir de la pobreza, para siempre.
Cubrir necesidades básicas como agua, alimentos y atención médica es importante, pero la solución de la pobreza extrema debe comenzar por empoderar a las personas para valerse por sí mismas. Y por último, también es fundamental empoderar a los niños y niñas.
Nuestros 70 años de experiencia en desarrollo nos han enseñado que empoderar a la infancia y sus comunidades para que se valgan por sí mismos es la mejor manera de lograr un cambio real y duradero.
Gracias al trabajo de World Vision, cada 60 segundos, una familia consigue agua, se alimenta a un niño hambriento, una familia recibe las herramientas para salir de la pobreza.
Si quieres apadrinar y darle la oportunidad a un niña de cambiar su futuro: http://www.worldvision.es

Contraportada del libro

DESCARGA EL LIBRO AQUÍ

Nelson Mandela en siete imágenes. Un viaje a la libertad.

nelson mandela

Hoy nuestro post se lo dedicamos a Nelson Mandela. Se trata de una de las figuras más importantes en la lucha por la igualdad racial. Está muy enfermo y en las redes se ha comenzado a decir que ya nos ha dejado. En homenaje os contamos su historia en 7 imágenes.

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Foto 1 Nacimiento de Nelson Mandela

Nelson Mandela nació en Transkei, Sudáfrica, el 18 de julio de 1918. Su padre era Hendry Mphakanyiswa de la tribu Tembu. Madiba Mandela se educó en el University College of Fort Hare y la University of Witwatersrand donde estudió derecho.

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Foto 2.Nelson y su primera esposa.

En esta fotografía se puede ver a Nelson Mandela con su primera esposa, Evelyn Ntoko Mase: matrimonio que duró de 1944 a 1957.(Su divorcio estuvo bajo muhca presión por acusaciones de adulterio y constantes ausencias, devoción a su agitada revolución» y por el hecho de que su mujer era testiga de Jehova, religión que requiere una neutralidad política.

2.1
Foto 2.1 Posteriormente se casaría con Winnie Madikizela en 1958 y tuvo dos hijas, la primera falleció a los nueve meses y llamaron a su segunda hija igual Makaziwe

2.2
Foto 2.2 Su última esposa Graça Machel con la que se unió en 1998 todavía está casado con ella.

Ha tenido seis hijos y 17 niet@s y una elevada cantidad de bisniet@s.

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Foto 3 .Encarcelamiento , Agosto de 1962.

En 1960 se prohibió el African National Congress, al que pertenecía desde 1944 y a través del cual luchaba contra las políticas de apartheid llevadas a cabo por el partido gobernante. Mandela pensó en crear un ala militar dentro del partido. El 5 de agosto de 1962 fue capturado y condenado a 5 años de trabajos forzados. Posteriormente, el 12 de junio de 1964 Mandela y otros siete luchadores por los derechos humanos fueron acusados de conspirar contra el gobierno de forma violenta y condenados a cadena perpetua.

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Entre 1964 y 1982 Mandela estuvo recluido en la Robben Island Prison, frente a Ciudad del Cabo, y posteriormente trasladado a la prisión de Pollsmoor, situada en la zona continental. Durante este periodo se organizaron todo tipo de acciones para pedir su liberación. En la imagen se observa el Festival de Nelson Mandela Libertad en Clapham Common, en Londres.

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Foto 4. Liberación. Febrero de 1990

Tras su liberación el 11 de febrero de 1990, trató por todos los medios conseguir una democracia libre de prejuicios raciales.

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En 1994 se celebraron las primeras elecciones democráticas por sufragio universal en Sudáfrica. En la foto podemos ver a Nelson y Winnie Mandela levantando los puños en señal de victoria a la salida de prisión del líder político.

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Foto 5. El primer presidente democrático de Sudáfrica (mayo 1994)

Nelson Mandela se convirtió el 10 de mayo de 1994 en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente mediante sufragio universal. Su mandato terminó el 14 de junio de 1999, pero la huella democrática y social perdura hasta nuestros días.

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Foto 6. Premio Nobel de la Paz (1993)

Nelson Mandela junto al político sudafricano Frederik Willem de Klerk recibieron el premio Nobel de la Paz en una ceremonia que se celebró en el Ayuntamiento de Oslo, Noruega,el 10 December 1993.

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Foto 7. Nelson Mandela muy grave en el hospital (junio 2013)
Tras conocerse el estado muy grave del líder sudafricano, miles de personas se han lanzado a las calles para recordarle. Desde vigilias hasta pintadas y encuentros en las plazas. Su último acto público ocurrió hace tres años, cuando presenció la final del Mundial de Fútbol de Sudáfrica 2010.

Documental de la vida de Nelson Mandela de 44 minutos de duración de History Channel.
Una niñez idílica en la región rural de Transkei, Sudáfrica, sentó los cimientos del hombre que llegaría a ser.Cuando llegó a Johannesburgo, con 23 años, sintió por primera vez la discriminación racial.
A través de entrevistas con compañer@ y amig@s y grabaciones inéditas, Nelson Mandela: viaje a la libertad nos muestra cómo un niño normal se convirtió en el líder de una nación.

Actividades para el aula sobre derecho a la igualdad racial

Fichas de Actividad Discriminación y Racismo de la ONU